viernes, 22 de agosto de 2008

Morte!!!Morte os Malfeitores!!!


El gruñido de los campesinos acompañaba al traqueteo del maltrecho carro, tirado por un par de escuálidos jamelgos. El dia era sumamente caluroso. El polvo levantado por el paso del carro se posaba en todas y cada una de las briznas de hierba seca de aquellos campos. Hacia dias que no llovía, y la mujer empezó a desear un buen baño.

Estaba sentada en el borde del camino, con su pequeño petate, mientras miraba a los campesinos alejarse; el sonido de sus voces se le antojaba extraño; una lengua musical que apenas entendía, pero la necesidad hace aprender incluso al más torpe de los torpes, y ella no lo era precisamente.
Arreó una patada a una piedra, mientras pensaba en días pasados. No es que su vida hubiera sido precisamente un camino de rosas, no, pero ya estaba acostumbrada a eso. No pedía demasiadas cosas para ser feliz, pero parecía que todo se ponía en contra de ella. Ni siquiera en la maldita taberna de Segovia habia podido estar tranquila. Pero parecía que por fin, ahora, lo había logrado, aunque fuera en un ambiente tenso como el que rondaba las tierras gallegas.

Recordaba aquellos días: se lo pasaba bien quitándose de encima a los moscones y riendo las gracias de los ocasionales juglares y trobadores que por allí pasaban. No habia nacido para moza de taberna, pero siempre resultaba un buen escondite para alguien como ella; hasta que el maldito tabernero había metido la pata hasta el fondo. Y de nuevo tuvo que huir.

Por aquel entonces se la conocía con otro nombre, pero su cara no cambiaba. Ni siquiera las ropas masculinas que vestía, ni la espada que pendía de su cinto podían disimular su condición de mujer, pero no por ello era menos diestra con el arma. Afilada su lengua, ágil por la noche, rápida de razonamiento. Más de uno buscaba su cabeza, y los problemas la rondaban continuamente. De hecho, ahora escapaba de uno bien gordo. Esperaba que la guerra que asolaba aquel lugar sirviera para hacer desaparecer cualquier pista sobre ella.

Había arrugado el papel que tenia en la mano. Un simple aviso, recogido en un poste anónimo. Un ejército necesitado de luchadores, una buena paga. Era todo lo que había necesitado.

Dando un suspiro se levantó y echó a andar bajo el sol abrasador del mediodia, por las tierras gallegas. En aquellos mercenarios, por tantos temidos por su fiero carácter, había encontrado, en cierto modo, un hogar. No necesitaba su cariño, pero si su franca camaraderia. Pues aunque para todos y a los ojos de todos eran gente vendida por dinero, pocos sabian la verdad. Si, el dinero era importante, pero para ellos, el estar con los suyos, y el seguir a un líder que les era querido era tanto o más importante como la soldada que recibían.

- "Mercenarios, ¿a quién sois fieles?
- "¡ A Conan!"
- Conan, ¿ a quién eres fiel?
- A quien me pague.

En aquel tiempo había habido esperanza entre los que los contrataron; pobres gentes del vulgo, enfrentadas a los poderosos ejércitos nobiliarios.

Nada de esperanza quedaba ahora en los ojos de aquella gente.Desmoralizados tras una derrota anunciada, pese a los esfuerzos de los mercenarios y de los que en aquella sangrienta batalla lucharon, los irmandiños se habían rendido al yugo nobiliario, y ahora intentaban sobrevivir como podían, aunque de vez en cuando ella sorprendia algún que otro destello de fiereza y rebelión en sus miradas. Era suficiente.

Los tiempos habían cambiado, lo sabía. La que ahora era conocida como Lucía levantó la mirada hacia el monte. El castillo de Monterrey , hogar ancestral de los Zuñiga, dominaba el peñasco y todo el valle a sus pies como los señores dominaban al vulgo. Una antigua cicatriz, ganada en la ultima batalla, surcaba su rostro. Se secó el sudor del rostro, y se puso de pie, aguzando la mirada. ¿Eran tropas de Fonseca las que por el camino se acercaban? Eso parecía. La guerrera que había en ella tensó todo su cuerpo, y su mano se deslizó discretamente hacia la empuñadura de su espada. ¿Que harían allí, cuando no eran precisamente bienvenidos?

" Estan cavando su propia tumba "

Bueno, de nuevo está aquí "Irmandinhos: a Revolta". Es la tercera edición, y de nuevo servidora acudirá al castillo de Monterrey en las lejanas tierras gallegas a combatir por la Irmandade...o por quien mejor pague.
Este año han habido tortas por las plazas, y es que no es para menos: el rev ( rol en vivo) con más participantes del mundo, que consiguió el record Guinness en la pasada edición, y que con suerte lo superará este año.

Así que ya sabéis, nos vemos en Monterrey...